La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) es una orientación
psicoterapéutica con un extenso número de publicaciones científicas que
defienden su evidencia empírica y experimental en una amplia gama de problemas
y trastornos psicológicos. Esto ha hecho que muchos pacientes demanden este
modelo terapéutico a la hora de acercarse a la consulta.
El marco filosófico general de esta terapia se basa
principalmente en la premisa estoica de que “la perturbación emocional no es
creada por las situaciones sino por las interpretaciones de esas situaciones”. (Epitectus,
1980)
Este modelo explicaría porque ante una misma situación una
persona lo puede vivir con enfado o tristeza, mientras que otro lo vive como
una experiencia enriquecedora e incluso con alegría. La diferencia no está en
las cosas que nos pasan en la vida sino en los pensamientos que nos bombardean
sobre lo que nos pasa.
Pongamos un ejemplo, supongamos que vamos por la calle y nos
encontramos a un conocido que no nos saluda. Ante esto puedo pensar que está
molesto conmigo, que no le caigo bien y prefiere ignorarme o por el contrario
puedo pensar que va ensimismado en sus preocupaciones y me ha mirado sin verme.
Esta diferencia hará que mis emociones sean deferentes y por lo tanto también
mis conductas.
Según Ellis (Ellis y
Becker, 1982), tanto las emociones como las conductas de un individuo son
producto de las creencias que posee y de la interpretación que haga de la
realidad. Por lo tanto, la base de la terapia se apoya en guiar a la persona en
la identificación de sus pensamientos “irracionales” o disfuncionales y
ayudarle a que los sustituya por otros más “racionales” o eficientes, que le
permitan lograr con más eficacia metas de tipo personal como el ser feliz, el
poder establecer relaciones con otras personas, etc. Es una forma de entender
cómo piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y del mundo que le rodea,
y cómo lo que uno piensa afecta a lo que hace y siente y al mismo tiempo lo que
hace afecta a sus pensamientos y sentimientos. La TCC le ayuda a descubrir los
esquemas de pensamientos irracionales que le persiguen sin darse cuenta y
sustituirlos por pensamientos más racionales que le ayuden a vivir de manera
más plena y feliz .
Otra característica que diferencia a la TCC es que se centra
en problemas y dificultades del "aquí y ahora". En lugar de centrarse
en las causas de su angustia o síntomas en el pasado, busca maneras de mejorar
su estado anímico ahora.
Una de las ventajas evidentes de la Terapia Cognitivo
Conductual (TCC) es la facilidad para integrarse en tratamientos interdisciplinares y su
facilidad para poder aplicarse en distintas áreas no sólo en el ámbito de la
salud, sino en el área educativa, industrial o comunitaria.
La terapia cognitivo conductual se utiliza para muchos
trastornos, entre otros, para la depresión, ansiedad, trastorno obsesivo
compulsivo (TOC), ataques de pánico, desórdenes alimenticios (bulimia,
anorexia) o trastorno de estrés post-traumático y acompañado de medicación
psiquiátrica, puede ayudar a personas con esquizofrenia, trastorno bipolar,
TDAH, etc.